El
anuncio de su enlace con el rey Balduino de Bélgica fue una auténtica sorpresa
en la España de los años 60. Nadie esperaba que la joven y tímida Fabiola de Mora
y Aragón, noble de alta cuna, fuera la finalmente elegida por el soltero de oro
de la época para ser reina de los belgas. Su estrecha relación con su país
natal, su desdicha al no poder dar descendencia a su esposo y el repentino
fallecimiento de éste marcaron su vida. Ayer moría a los 86 años en su
residencia real Fabiola de Bélgica, la última reina española de Flandes.
Tras un discretísimo romance, el rey Balduino y Fabiola sorprendían a media Europa anunciando su compromiso en septiembre de 1960. Tan sólo tres meses después se casaban ante el inmenso apoyo del pueblo a su nueva reina.
A Balduino se le conocía como el rey triste. Los que
les conocieron aseguran que ella supuso la clave del cambio. Aunque nunca pudo
tener hijos siempre fue cálida con la gente, generosa y sobre todo,
profundamente católica. De hecho, siempre planeó la sombra de Fabiola sobre la
negativa del rey a sancionar la ley del aborto en 1990 que casi le lleva a la
abdicación que se produjo finalmente apenas una década después.
El gran "sufrimiento" del matrimonio,
en palabras de Balduino, fue la falta de hijos. Sin embargo, el nacimiento de
su sobrino Felipe, actual rey de los belgas, fue un gran bálsamo para subsanar
tantos años de dolor.
Felipe fue educado por su tío la mayor parte de su
infancia. El deseo de Balduino siempre fue cederle el trono a su sobrino
llegado el momento y evitar a toda costa que su hermano pudiera llegar a rey. Por
aquel entonces, la conducta de Alberto y Paola no era muy bien vista por la
corte belga.
Tras el repentino fallecimiento de Balduino en la
finca que el matrimonio poseía en Motril (Granada), Villa Astrida, y el
traspaso del trono a Alberto, muchos pensaron quela reina Fabiola regresaría a
su España natal.
No fue así. Siempre cumplió con su deber institucional
dentro de la casa. Aunque como viuda, Fabiola pasó a un segundo plano en la
agenda real, siguió participando en actos de carácter social.
"Ella se desmarcó de las reinas que la habían
precedido afirmando su presencia en el terreno social", declaraba
al diario belga Le Soir el historiador Christian Cannuyer.
Una muerte anunciada
La
Casa Real belga emitía ayer a última hora de la tarde este comunicado:
"Sus Majestades el Rey y la
Reina y los miembros de la familia real anuncian con gran tristeza el
fallecimiento de Su Majestad la reina Fabiola, sobrevenido esta tarde en el
Castillo de Stuyvenberg en Bruselas".
El estado de salud de la viuda
del rey Balduino había empeorado en los últimos meses y permanecía desde el
pasado verano con respiración asistida.
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